En diálogo con TN Show, lo describieron como un “ser de luz” y un excelente artista. Tenía 35 años cuando sufrió un paro cardiorrespiratorio mientras se preparaban para una obra en el Gran Rex.
Después de una extensa carrera en el mundo del teatro, donde trabajó junto a Pepe Cibrián, Roberto Fiore, Eleonora Wexler, Thelma Biral y otros grandes artistas, Pablo Lizaso fue convocado para trabajar en la sexta temporada de Chiquititas, la novela producida por Cris Morena que era un éxito total en la TV argentina. Aceptó y su papel de Enzo fue tan adorable que no solo se ganó el cariño de sus compañeros, también el de los chicos que todas las tardes se juntaban a merendar para mirar los capítulos.
Quienes compartieron un set de grabación con él lo describen como “un ser de luz”, un tipo talentoso con un humor espectacular cuyo único objetivo era robarse sonrisas. Y lo logró. Era amable, cariñoso, respetuoso y dueño de una gran energía.
Sus hermosas carcajadas se escucharon por última vez el 25 de junio de 2001, cuando en pleno ensayo de la obra de Chiquititas en el Gran Rex, se desplomó frente al resto del elenco. Había sufrido un paro cardiorrespiratorio y aunque llamaron al SAME inmediatamente no hubo nada que hacer. Tenía 35 años.
Muchos de los chicos que formaban parte de la tira no se dieron cuenta de lo que había ocurrido hasta que hablaron con sus padres y varios de ellos pidieron ir a despedirlo. El velatorio se desarrolló en casa de su madre y Benjamín Rojas fue uno de los que necesitó asistir para darle el último adiós.
“Pablo fue una persona que no pasó desapercibida. Conectamos mucho, era un tipo muy alegre y gracioso. Tenía mucho humor. Yo tenía 13 años. Veníamos muy bien y él la rompía con su personaje. El teatro era una experiencia única y tuvimos la desgracia de ver una escena horrible en un ensayo. Fue muy duro ver eso a esa edad. Al otro día mi papá me preguntó cómo estaba y yo tenía la necesidad de verlo. Él entendió lo que me pasaba y me llevó al velatorio. Lo vi en paz y así también me quedé yo con esa imagen, una imagen distinta a la que había visto la noche anterior. Fue un gran compañero. Lo llevo siempre en mis mejores recuerdos. Lo queríamos mucho”, expresó el artista en diálogo con TN Show.
“Se suspendió el ensayo, nos mandaron a otra habitación. Vino un médico. Llamaron a nuestro padres y nos fuimos. Al poco tiempo nos enteramos de que había muerto”, así describe la escena Federico Barón, que le contó a este medio que luego de haber sido operado de una hernia inguinal, Lizaso se acercó al sanatorio para ver cómo estaba y desearle una pronta recuperación. “Un tipazo total. Era un artista fenómeno que siempre llamaba la atención. La primera vez que lo vi fue cuando hizo la Bella y la Bestia, antes de Chiquititas. Dos años más tarde estábamos compartiendo elenco. Era un diez como persona y como actor. Tenía muy buen trato con nosotros que éramos chiquitos”, agregó.
Nadia di Cello no puede evitar la emoción al acordarse de su excompañero: “¿Cómo olvidarse de Pablo? Es un ángel con mucha luz, una persona demasiado buena para este mundo. Sencillo, humilde. Siempre tenía historias. El día que partió fue muy duro. Se descompuso adelante de nosotros en un ensayo, esa fue la última vez que lo pudimos ver. Nos hubiese encantado que su vida siguiera. Lo recordamos con su sonrisa y gran energía. Nadie se esperaba lo que le pasó. Creo que cuando una persona es demasiado buena y tiene tanto amor y corazón, pasan a otro mundo lleno de luz. Ahí está Pablo, acompañándonos desde alguna estrella. Yo era muy pegada a él, compartimos muchas grabaciones. Hoy brilla al lado de Romina Yan. Pablo era bondad, amor, alegría y humildad con una mirada sincera”.
Una de las más afectadas fue Natalia Melcon, “Tali”. Ella era quien compartía más grabaciones con su querido Enzo, en quien intentó buscar un protector después de haber perdido a Elsa -el personaje de Lidia Catalano- en la temporada anterior.
“Los grandes siempre me cuidaban y con Pablo particularmente me tocó compartir varias escenas. Tenía una energía muy linda, siempre estaba de buen humor. Me ayudaba un montón en las escenas. Yo quizás en los guiones no tiraba el pie correcto y siempre se adaptaba a mí. Nos reíamos mucho. Me regalaba caramelos. En el momento que pasó el accidente nosotros en el teatro estábamos por estrenar y teníamos muchos números juntos. Se descompuso, nos sacaron a un lugar y dijeron que había tenido un accidente. Fue bastante feo. Fue la primera persona cercana a mí que había muerto. Ahí entendí lo que era no ver más a alguien. Tengo los mejores recuerdos de él”, se sinceró la actriz y modelo.
Felipe Colombo sostiene que hasta el día de hoy lo lleva en sus pensamientos. Para él, Lizaso no fue solo un buen compañero, también era una persona inspiradora. “Dio un vuelco por completo en su profesión y se la jugó por lo que era su pasión. Desplegaba un talento inmenso con un amor y una calidez maravillosa. Tenía un corazón gigante. Hermosa persona. Lo recuerdo desde el día que lo conocí. Me acuerdo lo que convivimos y lo que llegamos a grabar. Fue un placer trabajar con él. Era muy amoroso con sus compañeros. Lo adoro. Recuerdo que se me acercó antes de empezar a pasar la última coreo en el ensayo. Me agarró la cabeza, me dio un abrazo y me dijo que me quería. Unas palabras muy bonitas. Fue como una especie de despedida. Lloré mucho su muerte. Fue un golpe durísimo para todos. Justo estaba mi mamá en la Argentina y me acompañó en todo el proceso. Estuve devastado con la situación. Era una persona que emanaba vida, arte y talento. Me siento afortunado de habérmelo cruzado en el camino”, expresó conmovido.
Bernardita Flores, otra de las actrices que trabajó con él en Chiquititas, además compartía el remis cuando ambos tenían que regresar a sus casas, ya que vivían en el mismo barrio. Su partida la entristeció muchísimo y lamentó que todo haya ocurrido antes del estreno de la obra, ya que él estaba muy ilusionado porque en el 2000 Cris Morena lo había dejado afuera de las funciones, lo que le había provocado una gran angustia.
“Chiquititas era un fenómeno televisivo espectacular y la gente seguro lo recuerda por haber sido Enzo. El personaje fue construido por su versatilidad artística. Era muy groso. Pasar tiempo con él era un aprender constante. Sabía de disciplina, responsabilidad y era una excelente persona. Nos cuidaba. Fue un shock su partida, horrible. Lamenté mucho que sucediera antes de que pudiéramos estrenar. A Cris Morena no le pareció que él tuviera que ser parte de la temporada de 2000 en el teatro y a él le afectó mucho. Al año siguiente cuando sí fue convocado realmente estaba esperando ese momento con mucha emoción. Ese escenario no era para él, pero sí otros tantos. La gente no lo va a olvidar porque era un artista magnífico. Pablo se fue, pero dejó una huella que nunca se va a borrar”, destacó.
El que tampoco puede evitar la emoción al hablar de él es Iván Espeche, que le dio vida al fantasma Rafael Sander. Lizaso, en su papel de Enzo, era su mayordomo y persona de extrema confianza. Ellos ya se conocían de antes, pero el vínculo se afianzó mucho más en Chiquititas.
“¿Qué decir de este querido talentoso y carismático compañero amigo? Tengo los mejores recuerdos. Trabajar con él era una alegría. Atento, gracioso, ocurrente y presente. Excelentes atributos de actor. Él era amigote de mi primera novia y nos conocimos en el mundo de la comedia musical. Yo después me fui a vivir a los Estados Unidos por una beca y me lo reencontré para compartir con él un año muy especial de Chiquititas, con un elenco de lujo, hoy todos estrellas”, le confió a TN Show.
Luego, recordó el dolor que sintió al enterarse de su partida. “En el 2001 mi personaje no siguió y yo viajé a Alemania contratado como cantor de tango. No me voy a olvidar nunca el día que me enteré: estaba en Köln y me quedé impactado. Ese día quedé anulado. No entendía nada. Creo que es el único actor que conozco que dejó su vida sobre un escenario. Él lo hizo en el teatro más grande de Buenos Aires porque era un gran actor. Y somos varios los que nos lamentamos no haber podido disfrutarlo un poco mas sobre las tablas. Qué lindo recordarlo hoy con su alegría, su sello distintivo”, concluyó con la emoción a flor de piel.
Así era Pablo, que a 20 años de su muerte continúa vivo en los corazones de los chiquititos y chiquititas y de todos aquellos que lo vieron brillar sobre las tablas con sus variados personajes.