Tenía 92 años y residía en París. Junto a René Goscinny, fue padre de una serie que forma parte de la cultura popular.
Estos romanos están majaretas (o locos, según la traducción), dicen Astérix y Obélix, dandole la espalda a su última aventura. Un plano general los encuadra en el cierre. Están en la aldea gala. Volvió la paz, el bardo está convenientemente amordazado y atado a un árbol para evitar que cante, se sirven manjares, hay fiesta. Los héroes de regreso son agasajados, y cuentan las historias de su última hazaña. Así solían cerrar, el guionista René Goscinny y el dibujante Albert Uderzo, los 37 libros de la colección Astérix.
Hoy, a los 92 años, cuatro décadas después de la partida de su socio creativo, ha muerto Uderzo cerca de París.
Ilustrador autodidacta, hizo de las narices gordas de sus personajes una marca de estilo inconfundible. Ya era un dibujante conocido, y reconocido, cuando conoció a Goscinny, en 1951. Juntos crearon historias, y personajes, que serían muy influyentes en los cincuenta y sesenta. El 29 de octubre de 1959, con la primera publicación de Astérix, dieron pie a lo que se convertiría en un ícono cultural. Una serie que, además de divertida, enseñaba: qué era el imperio romano, quién era Julio César, o una tal Cleopatra.
Si Astérix hizo reír, y aprender historia, a generaciones, todavía lo sigue haciendo. Millones de ejemplares vendidos en todo el mundo dan cuenta del fenómeno (Precisamente, hace muy poco comentábamos, en estas columnas de cuarentena, la idoneidad de este tiempo de encierro para leerlo con los chicos).
Es que la combinación de la pluma y el pincel de ambos autores resultó en una serie desopilante, protagonizada por los irreductibles galos en su lucha contra los invasores romanos. Fueron 37 tomos que forman parte de la cultura popular. Una poción mágica de humor, inteligencia y ternura que culminó con la muerte de Goscinny, en 1977.
Uderzo tomó entonces, con la consecuente polémica, la decisión de continuar la serie. Y Astérix siguió siendo un éxito hasta su última aventura, en 2017, ya sin ninguno de sus dos "padres" involucrados. Se llamó Astérix en Italia, y es el cómic que incluye a un personaje aclamado por la multitud, que a su paso corea su nombre: Coronavirus.