Rastros de covid-19 en aguas residuales de cuatro países, antes del brote en China. Por Matheus Magenta, para BBC News Brasil en Londres.
Investigadores de al menos cuatro países, incluyendo Brasil, detectaron la presencia del nuevo coronavirus en muestras de aguas residuales recolectadas semanas o meses antes del primer caso registrado oficialmente en la ciudad china de Wuhan, considerado como el origen de la actual pandemia.
Pero, ¿cómo afectan estos descubrimientos de virus en las heces lo que sabemos sobre el virus SARS-CoV-2? Los científicos señalan tres ejes:
Monitoreo: la detección en aguas residuales puede ser una herramienta amplia y económica para monitorear el progreso de covid-19. Hay unos 15 países donde esta estrategia fue adoptada o está siendo estudiada.
Riesgo para la salud: la presencia del material genético del virus en las heces indica que las aguas residuales pueden ser una vía de contagio.
Origen de la pandemia: el virus puede haber circulado mucho antes de lo indicado en la cronología oficial.
En relación con el tercer punto, el estudio que llamó más la atención fue dirigido por investigadores de la Universidad de Barcelona. Según ellos, hubo presencia del nuevo coronavirus en muestras congeladas, recolectadas en España, desde el 15 de enero de 2020 (41 días antes de la primera notificación oficial de un contagio en el país) y desde el 12 de marzo de 2019 (nueve meses antes del primer caso reportado en China).
¿Cómo un virus con potencial de causar una pandemia pudo circular sin llamar la atención o crear una explosión de casos, como sucedió en Wuhan?
Los expertos citan al menos cinco hipótesis. Una es que los pacientes pueden haber recibido diagnósticos incorrectos o incompletos de enfermedades respiratorias, lo que habría contribuido a la propagación inicial.
Otra es que el virus no se había propagado con suficiente fuerza como para causar un brote. También hay dos posibilidades de problemas en el análisis: una posible contaminación de la muestra o un falso positivo (debido a la similitud genética con otros virus respiratorios) o a fallas en el kit de prueba.
Finalmente, hay quienes hablan de un virus que espera a ser activado.
Tom Jefferson, epidemiólogo vinculado al Centro de Medicina Basada en la Evidencia de la Universidad de Oxford, dijo al diario británico “The Telegraph” que hay un creciente cuerpo de evidencia de que el SARS-CoV-2 estaba muy extendido antes de que surgiera en Asia.
Para Fernando Spilki, presidente de la Sociedad Brasileña de Virología, es necesario esperar más estudios sobre el tema antes de sacar conclusiones sobre la incidencia del virus meses antes del origen conocido de la pandemia, en diciembre.
“Estos resultados deben evaluarse con precaución. La característica del SARS-CoV-2 de generar casos de alta gravedad y una letalidad relativamente alta hace que sea poco probable que este virus circule en una región sin evidencia de casos clínicos”.
La cronología oficial de la pandemia de covid-19 ha cambiado porque todavía queda mucho por descubrir sobre la enfermedad, la forma como se propaga y, principalmente, su origen.
Todavía no está claro cómo y cuándo el virus SARS-CoV-2 comenzó a infectar a la especie humana.
Hay consenso entre los científicos en que el primer brote ocurrió en un mercado de Wuhan que vendía animales silvestres vivos y muertos. Pero los investigadores no saben si el virus apareció allí o “aprovechó” para propagarse.
Las lagunas se mantienen. Los primeros casos de covid-19 se informaron oficialmente a fines de diciembre, pero un estudio realizado por médicos en Wuhan, publicado en enero por la revista médica “The Lancet”, descubrió que el primer caso conocido de covid-19 en un humano había ocurrido semanas antes.
El paciente era un anciano de Wuhan que no tenía conexión con el mercado.
Medidas sanitarias
La carga viral en las aguas no tratadas
En 2003, durante la pandemia de otro virus SARS-CoV, la infección de cientos de residentes en el mismo edificio en Hong Kong se atribuyó a fugas en la tubería de alcantarillado. En la pandemia actual, todavía no hay evidencia de que esto haya ocurrido o de que la transmisión del SARS-CoV-2 sea viable después de ser excretado en las heces.
Tampoco hay ninguna recomendación oficial sobre el uso de lavandina para contener el contagio a través de las aguas residuales. La contaminación ocurre principalmente a través del tracto respiratorio.