Qué hacer con los niños, cómo protegerlos. Una oportunidad en esta crisis.
La pandemia de la enfermedad del coronavirus puso al mundo de cabeza. Todo cambió. Los tiempos son más lentos. Las rutinas son de encierro. Las prioridades son otras, incluso para el COVID-19, que, por suerte, no es letal con la población infantil. Ansiedades, incertidumbres, estrés, aislamiento. Todo se combina en esta actualidad distópica y en el medio, los padres y las madres se preguntan qué hacer con sus hijos.
"La convivencia va suscitar estados emocionales diversos, ansiedad, frustraciones y conflictos que hay que tratar, enfrentar, hablar y resolver", explicó a El Tribuno la licenciada en Psicología Diana Bordón Alegre (matrícula provincial 1.181).
"El tiempo que transcurre día a día va ser vivenciado de manera diferente. Para los niños y niñas el paso del tiempo es en proporción diferente al adolescente. Y para los grandes que estaban habituado a un ritmo fuera de casa, la brecha va ser aún mayor. Para esto, contribuye asignar tareas y responsabilidades a cada uno, que los espacios propios y compartidos sean claramente definidos así como también los momentos del día", continuó la especialista.
"Es complejo pero sería importante para aquellas familias que tengan la posibilidad, en cuanto a estar dispuestos y a la comodidad, de obsequiarles a sus menores tiempo de interacción humana de calidad. Que la mirada y la escucha sean los rieles de actividades lúdicas para que estos tiempos en casa con la familia sean lo más saludable posible y tenga al final un resultado, en el mejor de los casos, para sentirse orgullosos", señaló.
Y agregó: "Esto no quiere decir que los grandes tienen que pasarse la mitad del día jugando con los chicos, pero sí tendrán la tarea de iniciar, conducir y reeducar el juego solo y en grupo. El aburrimiento trae como consecuencia de procesos psíquicos internos, una idea y su aplicación".
Desarrollo
"Hay que fomentar el desarrollo de los procesos cognitivos, la paciencia, la tolerancia, la pérdida y el triunfo, la aceptación del otro ahí cara a cara, la aceptación y el reconocimiento de sí mismo, del propio cuerpo. Todos estos procesos constituyen a un niño que puede elegir y decidir, decir que no y detener a otros que quieren dañarlo, por ejemplo", dijo Bordón.
En cuanto a unas de las grandes luchas que deben enfrentar los adultos contra las pantallas (celulares, computadoras, televisión) que acaparan la vida de sus hijos, la psicóloga tuvo una reflexión. "Los niños, niñas y adolescentes tienen en su crecimiento la tarea fundamental de incorporar criterios para luego convivir en un mundo de grandes, porque un niño que ocupa su atención durante largas horas en pantallas no desarrollará lo esencial para su constitución psíquica y tendrá graves dificultades de aprendizaje, adaptación social y autosostenimiento en la mayoría de edad. Por eso digo que este aislamiento se puede mirar como un obsequio, porque estaremos ahí presente sosteniendo su salud y su futuro", concluyó.
Peligros del encierro
Desde Unicef Argentina brindaron una serie de consejos para que los adultos estén atentos a la sobreexposición de información en los medios de comunicación que puede afectar a sus hijos y también sobre los peligros de abusos y violencia intrafamiliar en el contexto de aislamiento que se está viviendo. "Los niños y las niñas reciben tanta información como la que todos nosotros estamos recibiendo con la diferencia que ellos no la pueden procesar tan fácilmente. A ellos les cuesta más trabajo distinguir entre lo que son noticias falsas y noticias verdaderas y una sobreexposición a la información genera una angustia que no pueden manejar", explicó a este diario Olga Isaza, representante adjunta de Unicef Argentina.
"Una de las cosas muy concretas que pueden hacer los adultos es no sobreexponer a los niños y niñas a las noticias, pueden tener un momento en el día para hablar de esta crisis que estamos viviendo, en donde puedan hacer preguntas y los adultos contestarlas y en donde también los niños puedan expresar sus sentimientos, seguramente, tal como nosotros, en muchas ocasiones están angustiados, bravos, frustrados, tristes, acomodándose a todo esto. Es muy importantes que ellos puedan nombrar esas emociones y que les ayudemos a procesarlas", dijo.
Violencia
La representante de Unicef advirtió que en las últimas semanas, que coinciden con las de suspensión de clases y orden de aislamiento, hubo una disminución en las llamadas a la línea 144 que donde se reciben denuncias sobre abusos y violencia intrafamiliar.
"Un elemento que estamos viendo y que conocemos desde Unicef muy bien es que en este tipo de crisis, y sobre todo cuando la gente tiene que estar confinada en sus hogares, el abuso y la violencia contra los niños y las niñas y las mujeres pueden aumentar", señaló.
"La convivencia con los agresores hace más difícil que las víctimas denuncien. Es importante que los gobiernos provinciales, en este caso el de Salta, habiliten denuncias a través de chat o correos electrónicos que son medios más privados y que la gente puede utilizar incluso con el agresor dentro de la casa", aconsejó la especialista.
Contener niños y niñas
Evitar que vean o escuchen noticias con un enfoque sensacionalista o morboso.
Evitar que se expongan mucho tiempo a noticias sobre el problema, aunque el tratamiento sea adecuado: el tiempo que dedicamos a un tema también puede generar inquietud, aunque el tono no sea alarmista.
A tener en cuenta para adolescentes
Escuchar sus preocupaciones, responder sus preguntas, sumar sus propuestas para mitigar riesgos.
Evitar la exposición excesiva a las noticias en internet y en medios. Conversar sobre los efectos de la sobresaturación y las noticias falsas. Destacar que pueden tomar muchas medidas en la vida diaria para mitigar los riesgos para sí mismos y a los demás, como dejar de compartir el mate.
Contener las diferentes reacciones emocionales que pueden expresar y explicarles que son reacciones normales ante una situación anormal. Animarlos a expresar y comunicar sus sentimientos.
Evitar que pasen todo el día conectados a las pantallas: proponer nuevas rutinas.