Como consecuencia de las restricciones, clásicos de la Ciudad de Buenos Aires como el hotel Castelar y el restaurante La Rambla dejaron de existir. Los números duros en todo el país.
Se cumple un año desde que se decretó la cuarentena total en la Argentina. Los números impactan, pero donde más se siente el saldo negativo que dejó la pandemia es en las “postales de la micro”. En todo el país se multiplicaron las anécdotas nostálgicas sobre tal o cual café que cerró, todos conocen a algún trabajador del sector de turismo que se puso a hacer delivery y muchos sintieron el impacto de las restricciones en su propio bolsillo.
Algunos datos duros sobre la economía real para empezar: según información oficial, en todo el país se perdieron alrededor de 220.000 puestos de trabajo en el sector formal en el año, una cifra sustancial si se considera que los despidos sin justa causa estuvieron prohibidos y lo siguen estando. Muchos de esos miles habrán pasado a la informalidad y tantos otros habrán pasado a engrosar las filas del desempleo, que alcanzó un pico de 13,1% en el año, aunque luego retrocedió hasta el 11,7%.
Se proyecta que el impacto en el empleo fue mucho peor en el sector informal, que requiere de la presencialidad para realizar sus actividades y pagar salarios. En el año que va de septiembre de 2019 a septiembre de 2020, según el Indec, al menos A medida que se fueron reabriendo las actividades y se fue permitiendo mayor circulación, estos son los puestos donde hubo una reacción positiva más rápida.
A inicios de este año, el Colegio Único de Corredores Inmobiliarios de la Ciudad de Buenos Aires (Cucicba) estimaba 13.500 comercios cerrados solo en la Capital del país. En toda la Argentina, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), se puede estimar que en 2020 cerraron 90.700 locales, 41.200 pymes y quedaron afectados 185.300 trabajadores.
Las postales de la calle Florida con sus persianas bajas dan cuenta de una de las peores crisis de su historia. Sin turistas y sin oficinistas, se perdieron unos 550 locales, según la Asociación de Amigos de la Calle Florida. También cambiaron las personas que la transitan: sin circulación durante muchos meses, los “arbolitos” y las “cuevas” que ofrecen dólar paralelo comenzaron a mudarse hacia distintos barrios de la Ciudad.
Entre los restaurantes, cafés y bares porteños que dejaron de funcionar en esos 12 meses están La Rambla, con más de cinco décadas de historia, y los bodegones Oviedo y El Obrero. También bajó sus persianas el hotel Castelar, por donde pasaron escritores y poetas como Federico García Lorca y Pablo Neruda.
Inflación y dólar, complicados
Algunos males que aquejan a la economía argentina se mantuvieron. Todavía no está disponible el dato oficial de marzo, pero la inflación entre febrero de 2020 y el mismo mes del siguiente año fue del 40,7%. El alza generalizada de los precios se mantuvo durante los primeros meses de la cuarentena relativamente baja, pero desde el último trimestre de 2020 comenzó a elevarse por arriba del 3%.
En el año que fue desde el 19 de marzo de 2020 hasta el mismo día de 2021 también hubo cambios en las variables financieras. El dólar blue pasó de $89,25 a $144 y aumentó un 60%. No todo fue para peor: el riesgo país, que sirve como un indicador para entender la facilidad que tiene la Argentina para insertarse en los mercados internacionales y pedir deuda para que el Estado se financie, pasó de 4.100 puntos a un nivel cercano a los 1.500, luego de que el Gobierno acordara una reestructuración de los dólares que se debían para tener más “aire” para pagarlos.
El deterioro de algunas variables de la economía, sumado al vaivén en los datos de consumo y sus cambios de hábito, hizo que la Argentina dejara de ser un destino tan atractivo para los negocios. Las “empresas que se fueron” incluyen a la aerolínea Latam, la productora de electrónica Brightstar y a la compañía de pinturas Axalta. La deportiva Nike y las firmas de delivery Uber Eats y Glovo también anunciaron “desinversiones” en el país. La tienda departamental Falabella todavía busca comprador y cerró locales.
La crisis pegó de lleno en los sectores más vulnerables, donde hay mayor proporción de trabajo informal. En poco más de 10 días se conocerá el número de pobreza del segundo semestre de 2020, pero en el primer semestre trepó unos cinco puntos hasta el 40,9%. En el caso de los niños, la cifra es peor: seis de cada 10 son pobres. Los planes de asistencia como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Tarjeta Alimentar llegaron a 9 millones de personas y 1,5 millones de familias respectivamente.
La economía cayó un 10% en 2020, el peor dato desde la crisis de 2002. Gran parte de esa baja se debió a que ya venía golpeada de años anteriores, pero también a las restricciones. A medida que se fue abriendo la circulación, algunos datos comenzaron a repuntar. Por ejemplo, la industria crece mensualmente desde mayo de 2020, con algunos frenos en julio y octubre, momentos de alta volatilidad cambiaria y mayores restricciones. La construcción avanza desde agosto.
No todo está perdido
Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina, habla de “dos semestres diferenciados”. En una primera etapa, de marzo a octubre, la actividad y el empleo se derrumbaron, el dólar paralelo se disparó y la inflación se desaceleró por los comercios cerrados y la caída de la demanda, pero también por algunos congelamientos de precios.
A partir de octubre, el dólar blue y los demás tipos de cambio que están por fuera de las restricciones oficiales comenzaron a bajar, pero la inflación se aceleró a medida que se fueron habilitando más actividades, explica. “La economía se empezó a recuperar, en parte por los pedidos atrasados de la primera parte de la cuarentena, pero también por una recuperación genuina de algunos sectores, como la industria”, detalla. Si bien todavía no hay datos oficiales finales, Rajnerman asegura que el empleo comenzó a rebotar, aunque todavía no llegó a los niveles “precuarentena”.
Por la caída en el comercio internacional y las intervenciones que realizó el Banco Central para mantener el dólar “a raya”, la pandemia dejó un saldo negativo sobre las reservas netas de la autoridad monetaria -es decir, las que realmente tiene disponibles-, que hoy se calculan por debajo de los US$3000 millones, según el economista Juan Ignacio Paolicchi, de la consultora Empiria. Asegura que se perdieron tres cuartos de esos dólares, que comenzaron la pandemia cerca de los US$12.000 millones. “Esto es algo preocupante porque siguen estancadas, sobre todo pensando en los meses que viene”, suma Rajnerman.