Durante la sexta jornada del juicio que se sigue contra Sergio Vargas y Nicolás Cajal Gauffín, dos mujeres atestiguaron que el hombre con un perro caniche gris llegó a una casa que cuidaban bajo la excusa de buscar a sus dueños. Esta vivienda también estaba emplazada en una esquina, era de color amarillo y vivía una mujer con una hija pequeña.
El primer testigo fue un contador que realizó un informe en 2017 sobre la situación patrimonial del imputado Cajal Gauffín, y de otras dos personas investigadas, con la finalidad de detectar algún indicio de incremento patrimonial injustificado.
La segunda testigo fue una mujer que tenía una propiedad en Vaqueros y que el 23 de enero de 2017 se encontraba fuera de la provincia, de vacaciones, junto a su hija de 4 años. Dejó al cuidado de la casa a una amiga y su pareja y recuerda que ésta le avisó que ese día pasó por la mañana un hombre con un perro caniche tratando de localizar a sus dueños y que incluso le envió fotos y datos para que lo publicara en las red de vecinos, lo que no concretó.
Señaló que al ver las fotos que le enviaron, le llamó la atención que esta persona estuviera adentro del terreno y por los datos aportados, le dijo a su amiga que no reconocía a la mascota ni el nombre brindado por el hombre, por lo que le dijo que lo desestime.
En su declaración, la testigo dijo que transcurrido el tiempo y analizando datos que fue conociendo, le resultó al menos llamativo que coincidentemente con la casa de Jimena Salas, su casa estaba emplazada en una esquina, era de color amarilla, vivía con una niña pequeña e incluso ambas eran comunicadoras sociales.
Luego declaró la mujer que quedó a cargo de la vivienda donde el 23 de Enero de 2017 se presentó un hombre al que describió como delgado, blanco y bien presentado, con un perro caniche preguntando por sus dueños.
Brindó detalles de la conversación y refirió incluso que le ofreció que le dejara la mascota en la casa si estaba apurado pero esta persona se retiró con el perro y le dejó un nombre y un número de teléfono que aparentemente era falso.
También declaró la madre de esta mujer, quien se encontraba en la vivienda esa mañana y es la que tomó el primer contacto con el hombre con el perro en brazos.
Brindaron su testimonio además, un perito del CIF del área de Informática, que realizó informes en la investigación y un efectivo policial de la Unidad Especial de Investigaciones del Ministerio Público, que tuvo intervención meses después del hecho, en el exhaustivo análisis de cámaras públicas y privadas en procura de identificar un automóvil señalado como sospechoso y que en relación al imputado Vargas, señaló que de entrevista con la suegra y otro familiar político, obtuvo malas referencias de su comportamiento y que se supo que las sandalias que ofrecía a los vecinos del barrio San Nicolás, era un par que la suegra manifestó que había comprado para regalar a una de sus nietas.