La Ley 24.447 habilita a los menores de edad a obtener su licencia de conducir, con autorización de sus padres. Desde la OPRIV se recuerdan algunas recomendaciones antes de entregar el volante a un menor
La titular de la Oficina de Incidentes y Seguridad Viales (OPRIV) de la Procuración General, Clelia Poma, recordó que, si bien la Ley nacional de Tránsito N° 24.449 habilita a los jóvenes a obtener la licencia de conducir, la responsabilidad y acompañamiento de los padres es un factor fundamental para evitar siniestros viales.
“El tránsito es un sistema conformado por cada uno de los que se mueven en la vía pública, en interdependencia los unos de los otros. Por ello, cuando piense en su hijo como conductor, debe tener en cuenta su personalidad y sus características personales, analizando el riesgo que implicarán los que compartan el sistema con él o ella”, precisó Poma.
En efecto, las distintas organizaciones de seguridad vial recomiendan que, antes de permitir que un menor de edad conduzca, los padres evalúen las posibilidades de su hijo/a para ser un conductor seguro teniendo en cuenta la personalidad (por ejemplo si es impulsivo, inestable, irascible o agresivo, mejor decir que “no, porque te quiero”); responsabilidad y madurez en su manejo de las situaciones cotidianas (estudio, trabajo, etc.); actitud ante el riesgo (si suele exponerse o verse “casualmente” envuelto en situaciones peligrosas, abstenerse de autorizarlo); grado de independencia con respecto al grupo de pares; antecedentes de accidentes y/o incidentes ( en especial de carácter violento) y actitud frente a la autoridad.
De acuerdo a las estadísticas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) de Argentina, los más jóvenes (menores de 25 años) se accidentan tres veces más que los mayores; son causantes de la mayoría de los accidentes que sufren, y mueren más por esta causa que por cualquier tipo de enfermedad.
En nuestro país, la ley nacional de Tránsito permite que los jóvenes de 16 años obtengan la licencia nacional para conducir motocicletas de una cilindrada menor a 150 cc y, a partir de los 17, para automóviles; siempre con autorización de los padres, quienes serán los responsables civiles ante cualquier incidente.
Luego de realizar los cursos y aprobados los exámenes teóricos y prácticos que le permitirán acceder a la licencia nacional de conducir, el menor debe llevar colocado en un lugar visible el cartel de Principiante y no puede circular por zonas céntricas, autopistas ni semiautopistas.
Por último, desde la OPRIV se recuerda que, aunque un padre haya autorizado a su hijo o hija para obtener su licencia, si su comportamiento como conductor es peligroso, puede presentarse en el Centro de Emisión de Licencias y pedir la revocación de la misma.