El reclamo de un emprendedor puso al descubierto denuncias por estafas con catastros desactualizados y notificaciones judiciales fraudulentas.
El caso de una usurpación en tierras de un emprendimiento que funciona desde hace décadas en la zona de Pulares, en el departamento Chicoana, y que fue publicado por El Tribuno a fines de agosto puso al descubierto lo que podría ser una maniobra inmobiliaria que afecta a gran parte de los pobladores de ese lugar, sin que estos hasta el momento tengan una idea de lo que está ocurriendo con sus propiedades.
Inicialmente la usurpación había sido denunciada por Román Velardes, quien desde hace 4 décadas desarrolla el emprendimiento Truchas de Pulares. El emprendedor aseguró que un hombre identificado como Santos Jesús Vilte avanza sobre terrenos cercanos a la Quebrada de Tilián, invocando una supuesta propiedad, dañando el entorno y poniendo en riesgo su actividad.
Hubo otra denuncia contra el mismo sujeto, la que viene siendo tramitada desde hace años en fiscalía, juzgados de Primera Instancia y también en fueros de apelación y que, pese a los fallos de prohibición de innovar, no han podido detener el accionar del denunciado Vilte, quien avanza impunemente hacia las propiedades vecinas, amedrentando a sus moradores y provocando graves daños que también fueron puestos en conocimiento de las autoridades. Sin embargo, hasta el momento nada parece detener a Jesús Vilte, quien actúa bajo una sugestiva impunidad.
Con todo esto, el caso encierra otros insólitos elementos, como expedientes por prescripción adquisitiva caducos, matrículas de Inmuebles desactualizadas con las cuales se dictaron medidas y cédulas de notificación fraudulentas para avalar lo que al parecer se trata de una compleja trama de estafas que respaldan el accionar de Vilte, quien avanza sobre el terreno pese a todas las denuncias y pruebas en su contra.
La abogada Adriana Soria es patrocinante de la familia Vale, que reside en la zona desde hace más de 80 años y que ostenta título perfecto, inscripción registral y posesión sobre la propiedad.
Inicialmente Vilte reclamaba 500 hectáreas y no había inconvenientes con las delimitaciones catastrales de la familia Vale, pero luego desistió de esa acción y avanzó con un reclamo por casi la totalidad de la matrícula Nº 2.750, unas 5.400 hectáreas que se extienden al borde de la ruta 33, pasando Chicoana, en el paraje Potrero de Tilián, en la Quebrada de Pulares.
"Todos los pobladores de ese territorio, a la fecha, ignoran que el denunciado Vilte pretende la totalidad de las tierras", aseguró la abogada Soria.
Un plano de Inmuebles "desactualizado"
La pretensión de Vilte se respalda en un plano "visado" por la Dirección de Inmuebles (Nº 808) que no contempla los desmembramientos previos en la matrícula 2750, pero que sin embargo fue la base de medidas no innovativas dictadas por el fiscal de Cerrillos, Gabriel Portal, que terminaron por perjudicar a los legítimos dueños. A raíz de la medida, la familia Vale prácticamente no puede ingresar a su finca, mientras el denunciado Vilte, haciendo caso omiso de la orden, colocó en forma fraudulenta y sin ninguna autorización judicial un cartel de prescripción adquisitiva en el ingreso al inmueble.
Información clave en la maniobra
Por una circunstancia no del todo clara, Inmuebles no tiene actualizado el plano rural general de Chicoana, por lo cual no incorpora los desmembramientos existentes y aprobados por la misma Dirección, de tal manera que se aprueban mensuras para prescripción adquisitiva sin tener en cuenta la existencia de otros planos formulados previamente por títulos perfectos que no están en el general. Claramente esta situación es de conocimiento de Vilte (o algún tercero interesado), quien se aprovecha de tales omisiones, razón por la cual desistió de la primera acción de las 500 hectáreas y ahora reclama la totalidad de la matrícula 2750.