Tres hombres y tres mujeres resultaron condenados en un juicio llevado a cabo en la Sala III, al quedar acreditado que se dedicaban a la comercialización de estupefacientes. La madre y la hermana de uno de los acusados, en tanto, resultaron absueltas: la primera por el beneficio de la duda y, la segunda, por retiro de la acusación fiscal.
La audiencia de debate fue presidida por la jueza Carolina Sanguedolce.
La investigación policial se inició a partir de una serie de denuncias anónimas registradas en la página web del Ministerio Público. En ellas se daba cuenta de que una persona identificada como Franco Bravo, alias “Tanga”, domiciliado en barrio Bancario, se dedicaba a la venta de sustancias estupefacientes. Las denuncias especificaban que el sujeto recibía los pedidos a través de llamadas a un celular.
A partir de este dato se intervinieron varias líneas telefónicas y se realizaron allanamientos que permitieron determinar que los imputados formaban parte de una organización delictiva que se dedicaba en forma organizada y habitual a la comercialización de sustancias estupefacientes.
En el juicio, Franco Eduardo Bravo (36) fue condenado a la pena de cinco años y tres meses de prisión y multa por resultar autor material y penalmente responsable del delito de comercialización de estupefacientes, agravado por la participación de más de tres personas en forma organizada. La jueza dispuso el traslado del acusado a la Unidad Carcelaria 1 y ordenó que realice tratamiento por sus adicciones.
Por el mismo delito, Federico Miguel Ángel Herrera (38), Cinthia Romina Corcoba (32) y Mariela Graciela Añez (25) resultaron condenados a cuatro años y seis meses de prisión efectiva y multa. Los dos primeros cumplirán la pena en las unidades penitenciarias correspondientes, en tanto que Añez lo hará con modalidad de prisión domiciliaria, con monitoreo a través de pulsera electrónica, debido a su avanzado estado de gravidez.
Por otro lado, Edith Johanna Tito (34) fue condenada a tres años y dos meses de prisión efectiva y multa por resultar autora material y penalmente responsable del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. Se dispuso el cumplimiento de la prisión preventiva en forma cautelar con modalidad domiciliaria, atento que se encuentra a cargo de tres menores de edad.
Finalmente, Carlos Daniel Ferrari (39) recibió una condena de tres años y seis meses de prisión efectiva y multa por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. La jueza ordenó su traslado a la Unidad Carcelaria 1. En su caso, se revocó la condicionalidad de una pena anterior y se unificó ambas condenas en el monto de cuatro años y ocho meses de prisión efectiva.
Todos los condenados deberán hacer tratamiento por su adicción a las sustancias estupefacientes.
En el mismo fallo resultó absuelta Cristina Córdoba (71), madre del imputado Bravo, por aplicación del beneficio de la duda. En tanto que Claudia Silvana Bravo (44), hermana del mismo acusado, resultó absuelta por retiro de la acusación fiscal.