Sólo en septiembre, el cerdo se disparó 12,2% en el AMBA y el pollo se incrementó un 7,5%. El consumo per cápita de la carne, en tanto, cayó a sus niveles más bajos.
En momentos en que el bolsillo del trabajador argentino está más castigado que nunca, los alimentos de consumo masivo no tan tregua a las familias. Rige un congelamiento de 2300 precios, con incrementos no mayores al 6% autorizados la semana pasada por el Gobierno, pero las empresas, los supermercados y los productores poco lo respetan.
Tal es el caso de la carne. De acuerdo a los informes de precios minoristas que todos los meses releva la Cámara de la Industria y Comercio de la Carne (Ciccra), la carne en carnicerías y supermercados del conurbano bonaerense y la Ciudad aumentó, en promedio, 20% desde marzo a septiembre.
Pero las subas llegan hasta el 32% y se dan, para colmo, en los cortes más económicos, aquellos que consumen los de menos ingresos y en un contexto donde en el Gran Buenos Aires, la pobreza trepó 8 puntos porcentuales en apenas seis meses y en Capital Federal cinco puntos. Sólo en la Ciudad, hay 1,2 millones de porteños pobres, el 17% de la población capitalina.
Así, el osobuco pasó de valer 196 pesos en marzo a 260 pesos en septiembre, un alza del 32%. Le sigue la paleta con 23% de aumento, un corte muy demandado en cuarentena por su precio bajo y porque la gente está más tiempo en la casa y realiza comidas con mayor rendimiento de porciones como guisos, pucheros y estofados.
La carnaza común, otro corte popular, valía $277,20 en marzo y ahora se comercializa a $330,75, es decir un 19,3% más caro. El pechito de cerdo aumentó solo en septiembre respecto de agosto 12,2% mientras que en 6 meses acumula un ajuste del 18,6%, de acuerdo a los datos de Ciccra.
El pollo entero fresco costaba en septiembre el kilo unos 123 pesos y también subió fuerte ese mes: 7,4%, pero es la única alza registrada desde marzo, cuando valía el kilo 114 pesos.
En cambio, el asado un corte que se suele consumir en reuniones grupales tuvo una baja de venta en los primeros meses de la cuarentena y luego fue repuntando con los encuentros ilegales en los hogares, pero de todas formas no es de lo más demandado y eso se nota en las góndolas: su precio subió sí, pero mucho menos: 12,5%.
RAZONES DEL AUMENTO, SEGÚN CICCRA
El incremento obedece, dice la Cñámara, por un lado, a un aumento acumulado en el valor del ganado que se terminó trasladando a la carne y, en paralelo, al encarecimiento de insumos claves para la producción -como el maíz para engorde- así como demás costos en carnicerías.
CAYÓ EL CONSUMO, PERO AUMENTARON LAS EXPORTACIONES
Según un informe del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), el consumo per cápita fue en septiembre de 50,5 kilos anuales, el valor más bajo en los últimos 10 años. En relación a igual mes de 2019 se registró un descenso de 2,7% (-1,4 kg/hab/año). En tanto, al comparar con igual mes de 2018, la contracción fue de 12,5% (7,2 kg/hab/año).
Pero así como bajó el consumo interno, aumentó la producción vacuna, que se comercializó mayormente en el exterior.
En los primeros nueve meses de 2020, la producción de carne vacuna fue 2,6% mayor a la del mismo período de 2019. Se trató del 4º nivel de producción de carne vacuna más alto de los últimos 25 enero-septiembre, resaltó el IPCVA.
También subieron las exportaciones, con una expansión de 11,1% interanual. Su participación en el total producido habría llegado a 27,2% (+2,1 puntos porcentuales interanuales), siendo la más elevada de las últimas décadas.
¿Y a dónde se exportó? Los ingresos por ventas de carne vacuna a China cayeron un 4,5% mensual, pero las menores ventas al gigante asiático se compensaron en gran medida con mayores exportaciones de cortes de vaca a EE.UU. en los últimos tres meses, y también con la reactivación de las ventas a Chile, Israel, Alemania y Rusia en el último año.