En Migraciones aseguran que se puede abrir el límite internacional en Aguas Blancas. Pero desde el organismo nacional advirtieron que aún no se gestionó nada.
Las al menos siete muertes que se registraron la semana pasada en el río Bermejo de personas que intentaban cruzar la frontera en la zona de Aguas Blancas puso en relieve un drama humanitario que debe ser atendido con mayor profundidad por parte del gobierno local y nacional.
Una apertura controlada de los pasos legales limítrofes entre Salta y Bolivia sería un principio de solución a la situación que se vive en el norte provincial. Pero esa alternativa ni siquiera aún fue gestionada, según advirtieron a El Tribuno desde la Dirección Nacional de Migraciones.
Las víctimas de las dos tragedias que sacudieron al país (el hundimiento de una precaria barcaza con más de 20 personas el miércoles y los dos hombres ahogados el sábado cuando intentaban atravesar a nado el río) no necesariamente eran contrabandistas ni tenían otra intención delictiva para pasar el límite internacional, lo que tampoco justifica la pérdida de vidas.
La suspensión de los pasos fronterizos que se dispuso por la COVID-19 hizo que las personas que antes de la pandemia circulaban de manera habitual entre Argentina y el vecino país bajo la figura migratoria de "tránsito vecinal fronterizo" busquen otros caminos, ilegales en este caso, para seguir desarrollando sus actividades económicas y familiares de siempre. Esa realidad todavía no fue asumida por las autoridades.
Con la "nueva normalidad" y la crecida del Bermejo empezaron a aparecer los gomones caseros que se convirtieron en una trampa mortal para quienes quieren eludir las disposiciones sanitarias por el coronavirus. A ese riesgo se expuso a dos bebés que terminaron arrastrados por el río el miércoles pasado y sus cuerpos todavía son buscados.
Las dos personas que murieron ahogadas el sábado formaban parte de un grupo de cinco hombres que volvían desde Tarija, donde habían viajado para acudir al velorio de la madre de uno de los que falleció.
Se puede
Si bien Migraciones no tiene injerencia sobre los pasos fronterizos ilegales, la disposición de cerrar las fronteras incide directamente sobre el peligro que asumen quienes cruzan de manera clandestina entre países, especialmente en Aguas Blancas, ya que por Salvador Mazza hay caminos secos hacia Bolivia.
En esa línea, la directora nacional de Migraciones, Florencia Carignano, dijo a este diario que está abierta la posibilidad de habilitar el tránsito vecinal fronterizo, pero debería ser gestionado desde la Provincia. De hecho, contó que en La Quiaca (Jujuy) y en Concordia (Entre Ríos) ya se está avanzando en ese sentido.
"El gobernador (Gustavo Sáenz) tendría que requerir al jefe de Gabinete (Santiago Cafiero), quien coordina en el ámbito de la pandemia el comité operativo, la apertura del tránsito vecinal fronterizo e indicar sobre cuál paso se pueden llegar a concretar los protocolos que estamos estableciendo para estas situaciones", dijo la funcionaria.
"En La Quiaca trabajamos en censar a la población, falta la respuesta del Gobierno boliviano, que está haciendo lo propio con su población y después el Ministerio de Salud aplicará criterios de sanidad para actuar cuando se detecten casos positivos de COVID-19", contó Carignano sobre la experiencia en la provincia vecina.