El representante del Partido Social Liberal,y principal candidato a quedarse con la primera vuelta, es dueño de un perfil polémico: ex militar, defensor del uso de la tortura y xenófobo.
Bolsonaro alcanzó la popularidad en los sondeos de intención de voto el pasado 6 de septiembre cuando fue apuñalado en el abdomen durante una caravana electoral en la ciudad de Juiz de Fora.
Tras el veto que impuso a fines de agosto el Tribunal Superior Electoral a la candidatura presidencial de Lula por haber sido condenado a prisión en segunda instancia por delitos de corrupción, Bolsonaro se convirtió en el líder de las encuestas con casi un 40 % de intención de voto.
Jair Messias Bolsonaro, nació en 1955 en el seno de una familia de ascendencia italiana y desde muy joven comenzó una carrera en el ámbito militar. Se formó en la Escuela Preparatoria de Cadetes del Ejército, para luego continuar sus estudios en la Academia Militar de Agulhas Negras donde se graduó en 1977 sirviendo en el Grupo de Artillería de Campaña. Años más tarde integraría la Brigada de Infantería paracaidista en el rol de Capitán.
Ingresó a la política en 1989 cuando fue elegido como concejal de Río de Janeiro por el Partido Demócrata Cristiano. Al año siguiente, y por la misma filiación, ingresaría al Congreso como Diputado nacional.
En 1993 abandonaría el espacio político cristiano para comenzar una vertiginosa carrera que lo llevaría a ocupar seis veces más la banca aunque por ocho partidos políticos diferentes.
Durante su vida política, Bolsonaro se posicionó como un polémico defensor de la última dictadura militar (1964-1985) que se caracteriza por sus comentarios racistas y xenófobos y que considera a la corrupción el mal de todos los males.
Bolsonaro posee varios procesos judiciales iniciados en su contra por distintas afirmaciones que rozaron el fascismo. El candidato del PSL opinó abiertamente que la tortura es una práctica legítima o, como en uno de sus últimos actos de campaña, que a los seguidores del PT habría que salir a matarlos.
En 2016, el ex militar saltó a la fama mundial tras dedicar su votación en favor del Juicio Político a Dilma Roussef a la memoria del coronel Carlos Ustra, responsable de la tortura a presos políticos en Brasil: "Perdieron en 1964 y perderán ahora", afirmó en aquel entonces.
Respecto a su vida privada, Bolsonaro se casó tres veces y es padre de cinco hijos, tres de los cuales también eligieron participar activamente de la vida política.
Su segunda esposa, Ana Cristina Valle, le valió una denuncia por nepotismo cuando el Supremo Tribunal Federal dictaminó que su contratación como secretaria privada era ilegal.
En 2011, y como parte de una entrevista con la Revista Playboy, Bolsonaro afirmó que “preferiría tener un hijo muerto en un accidente antes que uno que ande por ahí con un bigotudo”.
Recientemente el capitán retirado del Ejército posteó un video en el que un niño dice que su maestra le enseñó en la escuela que los niños deben jugar con muñecas, usar aros y pintarse las uñas. A partir de allí sostuvo que de ser electo en los comicios de octubre acabará con la "ideología de género" y el "adoctrinamiento" de la homosexualidad en las escuelas públicas.
“Una pistola por casa” es el lema bajo el cual Bolsonaro pretende militarizar a la población brasileña al considerar que “la delincuencia sólo se enfrenta con mano dura”.
En Brasil es mencionado como el Trump carioca, no sólo por sus polémicos comentarios sino también por su activa participación en las redes sociales. En 2017 fue nombrado como el político más influyente en Twitter.
En la misma línea que su ¿mentor norteamericano?, Bolsonaro no se sonroja al afirmar que “mujeres y hombres deben recibir salarios diferentes porque las mujeres se embarazan” o que “le quitaría las tierras a los indígenas”.