Joseph Ratzinger fue elegido el 19 de abril de 2005 tras el fallecimiento de Juan Pablo II. Dejó el cargo el 28 de febrero de 2013, tras haber sido acusado de no intervenir en causas contra curas pederastas y en medio de la controversia por los Vatileaks.
A los 95 años, murió Benedicto XVI, el papa que renunció a ser jefe de la Iglesia Católica. Joseph Ratzinger fue elegido el 19 de abril de 2005 tras el fallecimiento de Juan Pablo II y dejó el cargo el 28 de febrero de 2013, aunque mantuvo su posición de papa emérito. Días después, Jorge Bergoglio fue proclamado como su sucesor, y eligió el nombre de Francisco.
El pontificado del papa alemán estuvo envuelto en una gran cantidad de escándalos. Benedicto XVI fue conocido por su perfil intelectual, sus aires de monarca, la excelencia de sus discursos y su apego por las tradiciones.
Las 3 polémicas durante el pontificado de Benedicto XVI
Benedicto XVI enfrentó la mayor crisis que vivió la Iglesia Católica: los casos de pederastia relacionados con sacerdotes. En específico, durante su papado salió a la luz el accionar de los llamados Legionarios de Cristino, una congregación que, con Marcial Maciel a la cabeza, recibió varias denuncias documentadas de abusos sexuales contra menores de edad, crímenes que habían sido silenciados durante el papado de Juan Pablo II.
Frente al escándalo, su postura fue firme. Dictó severas normas de castigo contra sacerdotes que cometieran abusos, apartó de sus cargos a varios de los implicados y hasta pidió perdón públicamente por las víctimas, en junio de 2010.
No obstante, no fue esa la única polémica que atravesó durante su pontificado, aunque sí la más relevante. También debió superar la controversia conocida como Vatileaks, que refiere a la filtración de documentos confidenciales y comprometedores de la Santa Sede por parte de su mayordomo personal, Paolo Gabriele, quien fue detenido y condenado en 2012 a 18 años de prisión.
La documentación revelada sacó a la luz eventos de corrupción en el Vaticano, chantajes a obispos homosexuales, luchas de poder internas, sobornos para tener una audiencia con el papa y estrategias para demostrar transparencia financiara.
El rápido trámite para la beatificación de Juan Pablo II completa las tres mayores controversias de su papado. Es que, de acuerdo con el Código de Derecho Canónico, el proceso de beatificación suele demorar décadas. Sin embargo, Benedicto XVI la anunció solo cinco años y siete meses tras la muerte de Karol Wojtyla, lo que provocó un gran cuestionamiento no solo entre los fieles de todo el mundo, sino entre los propios miembros de la Iglesia.
Aunque de menor relevancia, también protagonizó otras situaciones que desencadenaron el debate. Una de ellas fue en 2006, cuando despertó el enojo de la comunidad musulmana tras relacionar al Islam con la violencia, durante un discurso pronunciado en Regensburg, Alemania.
En 2009, durante su primer viaje apostólico por África, volvió a instaurar la polémica al asegurar que el uso de preservativos no era la solución para combatir el SIDA, sino que, por el contrario, aumentaba los problemas. Asimismo, remarcó que la “única vía eficaz para luchar contra la epidemia es una renovación espiritual y humana de la sexualidad”.
Al año siguiente, cambió su discurso y reconoció que “pueden darse casos particulares en que está justificado el uso del preservativo”, aunque sostuvo que “no es la forma apropiada y verdadera de vencer el contagio del sida”.
Fue así que, desgastado por las controversias y por los cuestionamientos, anunció inesperadamente su dimisión en febrero de 2013, tras casi ocho años en el cargo. Un mes más tarde, la sorpresa volvería a apoderarse del Vaticano, tras la elección de Jorge Bergoglio, quien lejos estaba de ser uno de los principales candidatos para suceder a Benedicto XVI.