Los líderes de las potencias acordaron invitar a Suecia y Finlandia a formar parte del bloque, aumentar los soldados en reserva y “blindar” el este de Europa.
El mundo se encamina hacia una década de mayor militarización, con alianzas geopolíticas más aglutinadas y amenazas a la seguridad que exceden fronteras y pueden penetrar en territorios antes impensados como, por ejemplo, Europa. Estas son algunas de las conclusiones a las que llegó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Los líderes de los países miembros se reunieron en Madrid y aprobaron lo que se conoce como el Concepto Estratégico de la alianza. Es, en simples palabras, el plan que marcará el camino de la OTAN por los próximos 10 años. Falta el documento final que se publicará este jueves, pero los lineamientos son claros.
“Ya no habrá un muro de Berlín como en la Guerra Fría, pero sí una muralla militar de los dos lados”, le explicó a TN el especialista en seguridad internacional y director académico del CARI, Juan Battaleme. Para la OTAN, Rusia es la principal amenaza y actuará en ese sentido, aunque tampoco perderá de vista a China.
Suecia y Finlandia para contener a Rusia
A comienzos de año hubiese sido imposible pensar que los líderes de las potencias occidentales iban a tener el poder y la relevancia que consiguieron en esta cumbre de seguridad que se desarrolló en Madrid. La guerra en Ucrania todo lo cambió: volvió a poner a Europa en amenaza y unir a viejos socios que relegaban la importancia de esta alianza.
En ese contexto, la OTAN se preocupó por dejar en claro que la prioridad es robustecer el frente oriental europeo y brindarle su apoyo a Ucrania “el tiempo que haga falta” para resistir la “crueldad espantosa” de Rusia, tal como declaró en rueda de prensa su secretario general, Jens Stoltenberg.
Muestra de ello es la invitación formal para que Suecia y Finlandia finalmente se unan al bloque. Después de que Turquía aceptara no aplicar un veto sobre su candidatura, ambos países pasarán a formar parte de la OTAN.
“Esto transforma la perspectiva del mar Báltico, donde se van a aumentar las capacidades marítimas y costeras principalmente de Suecia”, explica el especialista Battaleme, para luego agregar: “Aumentará la presión sobre Rusia, que posiblemente responda con el despliegue de misiles de corto y mediano alcance mirando al Ártico”.
Más militares en Europa
Además de la inclusión de Finlandia y Suecia, este “reposicionamiento” de la OTAN se traduce en el aumento de la cantidad de efectivos disponibles para una posible respuesta rápida. En la actualidad hay 40.000 a disposición y la idea es llevarlos a 300.000 para el próximo año.
En la misma línea el presidente Joe Biden anunció que aumentará la presencia militar de los Estados Unidos en Europa, donde actualmente hay unos 100.000 soldados norteamericanos. Los planes de Washington incluyen elevar de cuatro a seis la cantidad de destructores en la base naval de Rota y abrir en Polonia un cuartel general permanente para su Quinto Cuerpo del Ejército.
La pregunta es: ¿cómo responderá Vladimir Putin? Públicamente el Kremlin ya advirtió que toma estos movimientos como una “provocación”. “La buena noticia es que Rusia tiene poco margen para actuar en lo inmediato, aunque la mala es que en algún momento va a terminar reaccionando, y puede hacerlo como ahora”, consideró Battaleme.
Esta posición rusa termina no sólo por unir a los líderes de la OTAN sino también a los europeos en sí, tal como explica Gonzalo Sarasqueta, doctor en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense de Madrid: “Se consolidó el sentimiento pro europeo frente a la amenaza interna de Rusia”.
La preocupación por China
A pesar de que Rusia concentró la mayor atención y el rearme en el este de Europa fue la prioridad, los líderes de la OTAN tuvieron tiempo para alertar por la “amenaza y desafío” de China por sus “ambiciones declaradas y políticas coercitivas” que “desafían los intereses, la seguridad y valores” del bloque, según consigna el Concepto Estratégico.
Es la primera vez que la OTAN incluye en su documento clave de seguridad al gigante asiático. Si bien los líderes de la alianza buscaron dejar en claro que “China es un socio importante”, elevaron la alerta por “el control que busca tener sobre sectores claves como la infraestructura, tecnología y cadenas de suministro”.
Esta inclusión se suma al multimillonario proyecto de infraestructura que Biden lanzó esta semana en la cumbre del G7 para hacerle frente a la llamada Ruta de la Seda. Para Sarasqueta, el presidente norteamericano “sale fortalecido porque se cumple su escenario geopolítico en donda la zona de riesgo no es sólo el este de Europa, sino también la zona asiática”.