El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, encabezó la ceremonia principal en medio de importantes medidas de seguridad.
Estados Unidos conmemoró el vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11-S) con una serie de actos que tuvieron como ejes el recuerdo de los cerca de 3.000 muertos y el llamado a la unidad del pueblo tras las críticas a la rápida salida militar de Afganistán y el ataque al Capitolio por parte de simpatizantes del expresidente Donald Trump que desnudó la extrema polarización política del país.
Las conmemoraciones
Los actos empezaron a las 8:46 (9:46 de la Argentina), hora en el que se estrelló el primer avión de American Airlines contra una de las Torres Gemelas, ante una multitud que se congregó en la llamada Zona Cero de Nueva York y con la presencia del presidente estadounidense Joe Biden.
El homenaje arrancó con un minuto de silencio y con la lectura de los nombres de los fallecidos de 90 nacionalidades, lo que se repitió al cumplirse el horario del resto de los impactos ocurridos ese día contra el World Trade Center, el Pentágono y la cuarta aeronave que cayó en el estado de Pensilvania sin alcanzar su objetivo que era el Capitolio.
Mike Low, que perdió a su hija Sarah, azafata de uno de los aviones, fue el primero en hablar: recordó lo ocurrido hace dos décadas como un día “gris y negro” y agradeció a quienes lo ayudaron “a atravesar los días más oscuros de nuestras vidas".
La lectura de los nombres de las víctimas y los mensajes de los familiares -algunos en español- fue solo interrumpida por algunas actuaciones musicales, entre ellas la de Bruce Springsteen que cantó acompañado de su guitarra "I'll see you in my dreams" (Te veré en mis sueños).
Biden, y su esposa Jill, así como predecesores en el cargo, como Bill Clinton y Barak Obama, y sus respectivas esposas, participaron en la Zona Cero en las ceremonias en Nueva York.
"Todos dicen: 'Biden, ¿por qué insiste en tratar de unir al país?' Pero eso es lo que afectará nuestro bienestar más que nada", aseguró el mandatario en uno de los tantos llamados a la unidad nacional que marcaron la jornada.
"Para mi la lección central del 11 de septiembre es que la unidad es nuestra principal fuerza", agregó.
Además de este homenaje, tuvieron lugar pequeñas conmemoraciones en estaciones de bomberos de Nueva York y actos en el Pentágono y en el estado de Pensilvania, donde estuvo presente el exmandatario George W. Bush, al frente de la Casa Blanca en el momento de los ataques de 2001 por parte de extremistas islamistas de la organización Al Qaeda.
El republicano habló en la ceremonia realizada en la localidad de Shanksville, donde la acción de los pasajeros hizo caer el avión que tenía como blanco el Capitolio, y desde allí lamentó la desunión en el país, desnudada por el ataque a la sede del Congreso por supremacistas blancos pro Trump en enero pasado.
"En las semanas y meses que siguieron los atentados del 11 de septiembre estaba orgulloso de dirigir a un pueblo impresionante, resistente y unido. Si hablamos de la unidad de Estados Unidos, estos días parecen lejanos", dijo durante su discurso, reproducido por la cadena CNN.
Sus palabras fueron elogiadas por el propio Biden, quien abordó ante la prensa la fragilidad de la democracia estadounidense y el horror que le produce el diálogo actual entre los dos principales partidos.
"¿Vamos a demostrar en los próximo cuatro, cinco, seis, diez años, que las democracias pueden funcionar o no?", se cuestionó, según consignó la agencia de noticias AFP.
La unidad también fue destacada en el acto en Shanksville por la vicepresidenta Kamala Harris, quien se refirió a la polarización política y abogó por el refuerzo de "nuestros lazos comunes".
“En los días que siguieron al 11 de septiembre de 2001, se nos recordó a todos que la unidad es posible en Estados Unidos. También se nos recordó que es imperativa en Estados Unidos. Es esencial para nuestra prosperidad compartida, nuestra seguridad nacional y nuestra posición en el mundo", sostuvo.
Varios de los oradores de la jornada destacaron la unidad nacional posterior a los ataques, pese a que en estos 20 años se han multiplicado las críticas por la persecución, represión y encarcelamiento que infringió el Estado sobre las comunidades musulmanas y árabes en Estados Unidos en ese período.
Lejos de sumarse a este mensaje, el expresidente Trump, que durante su mandato decidió poner fin a la presencia de las tropas estadounidenses en Afganistán, fue el único de los exmandatarios vivos ausente en las ceremonias oficiales y ofreció su propia conferencia de prensa para arremeter contra el Gobierno de Biden, al que tildó de "inepto" e "incompetente" por la "horrible" forma en que salió de ese país.
"Es un momento triste por la forma en que nuestra guerra contra aquellos que hicieron tanto daño a nuestro país terminó", y que se saldó con la muerte de 13 militares estadounidenses en un atentado durante la frenética evacuación en el aeropuerto de Kabul, el 26 de agosto, criticó el exmandatario
rodeado de miembros de la Policía de Nueva York, pese a que fue él quien acordó la retirada con los talibanes.
Otra conmemoración particular tuvo lugar en la base naval estadounidense de Guantánamo, en Cuba, donde se celebró una ceremonia religiosa con la presencia de familiares de las víctimas.
"En esta instalación naval, más que en cualquier otro sitio del mundo, recordamos esto todos los días", dijo el comandante de la base, el capitán Samuel White.
En Guantánamo, Jalid Sheij Mohamed, considerado el cerebro de los ataques, y otras cuatro personas están siendo procesados en audiencias que llevan nueve años y que aún se encuentran en la fase previa al juicio, poniendo a prueba la paciencia de miles de personas que perdieron a sus seres queridos y al Estado de derecho estadounidense en su conjunto.
Estas ceremonias por el 11-S tienen lugar en medio de fuertes medidas de seguridad y en el marco de la apurada salida de los soldados estadounidenses de Afganistán, tras la reconquista del Gobierno de los mismos talibanes a los que desalojaron del poder hace 20 años por acusarlos de refugiar a los ideólogos de los atentados.
Otro hecho de la coyuntura que le dio un significado especial al homenaje es que, a diferencia del año pasado que fueron virtuales por el coronavirus, este año los actos fueron presenciales pese al rebrote de casos atribuidos a la variante Delta.