Los últimos 100 mil decesos se registraron este año. El escándalo de las dosis “privadas” sacude a Minas Gerais.
La pandemia castiga cada vez con más fuerza a Brasil, donde este miércoles se llegó a las 300 mil muertes desde el comienzo de la pandemia y crece la sensación de un ´sálvese quien pueda´ después de conocerse que un grupo de políticos y empresarios se asoció para comprar un lote de vacunas Pfizer por su cuenta para vacunarse a sí mismos y a sus familias.
La cifra de decesos es la segunda en el mundo, solo detrás de Estados Unidos, que superó los 543 mil fallecidos, anunció el Consejo Nacional de Secretarías de Salud (Conass) que agrupa a los 27 estados del país. En las últimas 24 horas, el país registró 1.999 nuevas muertes por coronavirus, con lo que el total de víctimas ascendió a 300.675.
Pero hay un dato muy preocupante aún: mientras el país necesitó de casi once meses para sumar las 200.000 primeras víctimas, las otras 100.000 fueron contabilizadas en sólo dos meses y medio.
El registro de las 300.000 víctimas se produjo un día después de que el país registrara 3.251 muertes el martes, hasta ahora el mayor número de decesos en un día desde el comienzo de la pandemia.
El Consejo Nacional de Secretarías de Salud informó además que Brasil registró en las últimas 24 horas 89.414 nuevos contagios de COVID-19, el tercer mayor número en un día y próximo al récord de 90.570 casos reportados el pasado viernes. El total de infectados asciende a 12.219.433.
El aumento de los contagios y las muertes tiene a gran parte de Brasil al borde de un colapso hospitalario. En 25 de los 27 estados la tasa de ocupación de las unidades de cuidados intensivos supera el 80 %,. En ese marco, crece la preocupación por la escasez de las medicinas y oxígeno necesarios para intubar a los pacientes afectados de coronavirus.
Ante esta situación, los estados más poblados de Brasil, como San Pablo y Río de Janeiro, adoptaron severas medidas para frenar los contagios. Entre ellas, decretaron un feriado que se extenderá durante toda la próxima semana y en el que estará prohibido el funcionamiento de todas las actividades, con excepción de las esenciales.
El escándalo de la compra privada de vacunas
Mientras la pandemia empeora cada vez más, un escándalo amenaza con sacudir el país. El diario Folha publicó este miércoles que un grupo de políticos y empresarios, en su mayoría vinculados al sector del transporte de Minas Gerais, compró un lote de vacunas de Pfizer para ellos mismos y sus familiares, pasando por encima las directivas del Sistema Único de Salud.
El grupo, integrado por unas 50 personas, recibió el martes la primera dosis y prevé darse la segunda en un mes.
Según fuentes citadas por el periódico paulista, los organizadores de toda esta movida fueron los hermanos Romulo y Robson Lessa, dueños de la empresa de transportes Saritur. Un garage de la compañía sirvió de improvisada base de vacunación.
Uno de los vacunados fue el exsenador Clésio Andrade, expresidente de la Confederación Nacional del Transporte (CNT). “Tengo 69 años. Mi vacunac Qué dice la ley brasileña
El Congreso aprobó en febrero una ley que autoriza la compra de vacunas por iniciativa privada, pero obliga a donar al Sistema Unido de Salud todas las dosis adquiridas hasta que esté vacunado el grupo de riesgo, estimado en 77,2 millones de personas. Hasta ahora, Brasil vacunó a 15 millones de personas.
Aún después de ser vacunado todo el grupo de riesgo, estas vacunas adquiridas en forma privada, de acuerdo a la ley, deben ser divididas en partes iguales con el organismo estatal.
Según Folha, otro de los vacunados fue el diputado estadual de Minas Gerais Alencar da Silveira (Partido Democrático Labotista/PDT).
El legislador, citado por el periódico, dijo que ya había tenido coronavirus y señaló que se vacunó con autorización de su médico.
De acuerdo a fuentes citadas por Folha, los políticos y empresarios fueron vacunados por una enfermera que se atrasó porque estaba inmunizando a otro grupo en la empresa Belgo Mineira.