Fue después de que el Congreso confirmara a Joe Biden como presidente electo y tras los graves disturbios que dejaron cuatro muertos.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habla durante una marcha protestando por la certificación de la victoria electoral de Joe Biden en las elecciones presidenciales, el miércoles 6 de enero de 2021 en Washington. (AP Foto/Evan Vucci) El presidente estadounidense Donald Trump aceptó este jueves que su Presidencia será de un solo mandato y prometió una “transición ordenada”, después de que el Congreso ratificara la victoria del mandatario electo Joe Biden y tras violentos disturbios de los seguidores del republicano en el Capitolio que dejaron al menos cuatro muertos.
“A pesar de que estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones, y los hechos están de mi lado, sin embargo, habrá una transición ordenada el 20 de enero”, dijo Trump en un comunicado distribuido en Twitter por uno de sus principales asesores, Dan Scavino, ya que la cuenta del presidente fue suspendida por Twitter debido a unos mensajes en los que el mandatario justificó el asalto al Capitolio por parte de sus simpatizantes.
“Siempre he dicho que continuaríamos nuestra lucha para asegurar que solo se contaban los votos legales. ¡Aunque esto representa el fin del mejor primer mandato en la historia presidencial, solo es el comienzo de nuestra lucha para Hacer a Estados Unidos Grande de Nuevo!”, añadió, citando su lema electoral.
Trump no llegó a reconocer del todo la derrota en su comunicado, algo que prometió a sus seguidores que “nunca haría”, pero sí admitió que su mandato llega a su fin, y que tendrá que abandonar la Casa Blanca el próximo 20 de enero.
Su mensaje llegó minutos después de que el Congreso de EEUU ratificara la victoria del presidente electo, Joe Biden, una mera formalidad que derivó en uno de los días más oscuros de la historia de Estados Unidos.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, que presidía la sesión, declaró en la sesión que la ratificación del Congreso debía considerarse “suficiente” para aceptar la elección de Biden.
Pence puso así fin a una sesión que comenzó a primera hora de la tarde del miércoles y quedó interrumpida por el extraordinario asalto al Capitolio de los seguidores del presidente Donald Trump, un asedio que duró casi cuatro horas y se saldó con cuatro muertos, 14 policías heridos y al menos 52 detenidos.
Las imágenes de lo que Biden calificó de “insurrección” resultan aún increíbles: políticos atrincherados, manifestantes instalados en los despachos de los responsables estadounidenses con los pies encima de la mesa y los pasillos del Capitolio invadidos de agentes armados, como si se tratara de una película de acción estadounidense.
Unas dos horas después de que las autoridades consiguieran despejar el Capitolio y sus inmediaciones, ambas cámaras del Congreso volvieron a reunirse para seguir con el proceso de ratificación del resultado de las elecciones, que ya quedó confirmado en diciembre por el órgano competente en EEUU, el Colegio Electoral.
La nueva sesión duró más de siete horas debido al debate en ambas cámaras sobre dos objeciones al resultado de las elecciones en Pensilvania y en Arizona, ambas presentadas por los aliados de Trump.
Nunca hubo ninguna perspectiva de que las objeciones presentadas en el Congreso prosperaran, puesto que cada uno de ellos debe superar una votación en el pleno y los demócratas, el partido de Biden, son mayoría en la Cámara de Representantes.
Sin embargo, Trump insistió en presionar a los legisladores y a Pence para que se arrogaran unos poderes que no les corresponden bajo la Constitución e interfirieran en la sesión.
Repudio internacional y de expresidentes de EEUU
La sorpresa, la indignación y la condena fueron unánimes entre los líderes del mundo. Alemania, España, Reino Unido o Francia pidieron que cesen los actos que “pisotean la democracia” y el jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg insistió en que el resultado de los comicios debe “respetarse”.
Los enemigos declarados de Trump también reaccionaron. El presidente iraní, Hasan Rohani, consideró que lo sucedido muestra lo “frágil y vulnerable” que es la democracia occidental. El gobierno venezolano estimó que Estados Unidos “padece lo mismo que ha generado en otros países con sus políticas de agresión”.
El expresidente George W. Bush tampoco escatimó las críticas a su propio partido republicano. “Así es como se disputan los resultados electorales en una república bananera, no en nuestra república democrática”, dijo.
Los expresidentes demócratas Bill Clinton y Barack Obama también deploraron lo ocurrido, pero no se sorprendieron. Los disturbios en el Congreso fueron “incitados” por Trump, “que siguió mintiendo sin fundamentos sobre el resultado de una elección legítima”, dijo Obama.
El jefe de los senadores demócratas, Chuck Schumer, describió la violencia como un intento de “golpe”. “Triste y peligrosamente, algunos miembros del partido republicano piensan que su supervivencia política depende de su participación en un intento de golpe”, lamentó.
Los demócratas tomaron el control de ambas cámaras del Congreso
Los incidentes se produjeron un día después de una histórica doble elección senatorial en Georgia, tras la cual el Partido Demócrata se alzó con el control total del Congreso, clave para la agenda de Biden.
El candidato demócrata Raphael Warnock derrotó a Kelly Loeffler y se convirtió en el primer senador negro de este estado del sur, tradicionalmente muy conservador. Y Jon Ossoff, de 33 años será el senador demócrata más joven de la historia del país, después de ... Biden, que logró el cargo en 1973.
Así, los demócratas tienen 50 escaños en el Senado, al igual que los republicanos, pero como prevé la Constitución, la futura vicepresidenta Kamala Harris tendrá el poder de desempatar las votaciones y de hacer que la balanza se incline a favor de los demócratas.