La población de cotorra argentina, una especie que está invadiendo la región mediterránea dadas las condiciones climáticas de este territorio se duplica "sin control" cada tres años en España, alcanzando ya los más de 20.000 ejemplares, el 84% del censo europeo.
Así lo ha explicado en una entrevista con Efe el investigador de la Universidad de Málaga y del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona José Luis Postigo, quien ha liderado el primer informe a nivel europeo sobre dispersión de esta especie, en el que han participado además otros trece expertos internacionales.
Madrid y Barcelona albergan por tráfico de mascotas más de la mitad de las cotorras argentinas contabilizadas en los últimos años en Europa, convirtiéndose en los territorios con mayor población a nivel mundial de esta ave exótica, que también se expande por otros países mediterráneos, como Italia y Grecia, debido a las óptimas condiciones climáticas.
En Italia se han descubierto once nuevas ciudades ocupadas entre los años 2015 y 2017, y en Grecia, según los datos del estudio, la población crece de forma exponencial, duplicándose cada año y medio a una velocidad de expansión el doble que en España.
También se han detectado cotorras en núcleos urbanos de Portugal, Francia, Inglaterra, Bélgica y Holanda, aunque con menor presencia que en los países mediterráneos, mientras que en regiones de Dinamarca, República Checa y Alemania su extinción está prácticamente asegurada.
Incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticasv Desde 2013, esta invasora se encuentra incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas, por lo que está prohibida su posesión, transporte, tráfico y comercio, y todas las comunidades autónomas y ayuntamientos están obligadas a erradicarlas, en la medida de lo posible.
Sin embargo, esta especie no está catalogada a nivel europeo, lo que "dificulta enormemente su control", ha incidido Postigo quien subraya que en el resto de países de Europa no se aplican restricciones sobre su transporte o comercio.
Aunque no está demostrado que este tipo de cotorras destruya los nidos de otras especies, el investigador ha apostado por una revisión "más profunda" a nivel nacional, "pues el elevado número de ejemplares que tenemos en España sí que podría afectar al resto de fauna".
Aun así, el estudio ha resaltado que dañan gravemente cultivos como el tomate, las peras y los membrillos, y árboles "de jardín" como las higueras. "Nos encontramos ante una problemática urgente que no recibe la atención necesaria", ha precisado el investigador, quien ha comparado la incipiente expansión de esta especie en el resto de países europeos como "una enfermedad diagnosticada a tiempo, y contra la que hay que luchar antes de que avance".
Prevención y erradicación Para ello, el investigador ha destacado la necesidad de instaurar estrategias de prevención y erradicación a nivel nacional e internacional para disminuir el número de poblaciones mediante la captura con redes y trampeo intensivo, para poblaciones pequeñas, y acciones drásticas para núcleos grandes.
A su juicio, lo más idóneo sería al menos iniciar inmediatamente una acción conjunta a nivel nacional para controlar las poblaciones pequeñas que son la mayoría, y donde es posible aplicar medidas de gestión menos drásticas. El investigador espera que España lidere esta gestión activa de la especie a nivel europeo.